1.9.09

Destino manifiesto


















Aviso de vinos en la revista Zig-Zag, 1933. Biblioteca Nacional (Chile)



Este blog se llamó en algún momento «Historia personal de lo inútil». Abandoné ese título después un poco porque comenzó a hacerme sentir incómodo y otro poco porque uno cambia. En su origen tenía sentido. El blog era por entonces una especie de fichero o libreta donde me proponía evitar enviar a la basura cosas que encontraba por ahí y que no tenían cabida alguna en mi trabajo. Me pagaban (y me siguen pagando) por exactamente lo contrario: por cosas útiles. Números, historias, aparatos, alternativas de decisión. El problema era el material sobrante. Y de modo más particular, esa parte terca de la exclusión, resistente a desaparecer y resistente a servir. Hechos residuales que parecían no calzar en la utilidad de nada. Y que, sin embargo, desistían a inmolarse en la incertidumbre como desechos. Fui reuniendo así, entre otros desprecios, una colección de preguntas susceptibles de esa cualidad.

¿Y todo esto a pito de qué? De que encontré el otro día una de esas preguntas. Un ejemplar para plaza pública. La pregunta es por qué los pájaros no orinan (Problemata Aristotelis, redacción modificada, la documentación es de Ann Blair).

¿De verdad no hacen pichí los pájaros? El librito en el que aparece la inquietud estaba abiertamente destinado a ser útil. Una especie de manual de medicina, para uso de todos, que comenzó a circular profusamente en Europa desde los años cercanos a los paseos de Colón hasta bien entrado el siglo veinte. [Se vendía, por lo visto, como pan caliente. En algunos lugares, lo comerciaban los mismos que vendían relicarios, silabarios y recetas para evitar impuestos]. Sin perder tiempo, el libro invocaba en las primeras líneas a «[lo que] todos naturalmente quieren saber». Enseguida venían trescientas ochenta o más o menos preguntas (problemas) con sus respuestas, derivadas, se decía, de Aristóteles y toda la crema y nata de los doctores que le han secundado desde entonces. Las inquietudes eran del tipo 'por qué uno bosteza cuando ve a otro bostezar' (la respuesta era que por imaginación). Las sucesivas ediciones del librito habían ido añadiendo o eliminando inquietudes, según el gusto de la época. La pregunta del pájaro es la número 330 en la edición de Edimburgo de 1595.
Los pájaros no hacen pichí. Sobre eso no había duda. La respuesta era mejor. Se indicaba que, como todos saben, lo superficial es basura y eso explica por qué los fluidos superfluos se convierten en orina. La excepción peculiar eran los pájaros. En vez de transformar el líquido inútil en meao, lo convierten en plumas. Por eso no orinan. Cagan pero no mean. Y vuelan.

Nota del sommelier: En ausencia de un original Concha y Toro de 1933, una alternativa joven menos ampulosa ideal para esta sobremesa puede ser el sauvignon blanc de Nueva Zelanda Cat's Pee on a Gooseberry Bush (da lo mismo el año). Según el decir de un entendido: «It's amazing what a little can do».

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