7.1.08

Caer

ALCIDES MORENO ES UN ecuatoriano de 37 años, vive en Linden y solía trabajar en Nueva York. No lo conozco. De seguro habremos coincidido en el tren alguna vez. El 7 de diciembre, Alcides y su hermano Edgar limpiaban vidrios en el lado este de Manhattan. Trabajaban en las ventanas exteriores del piso 47 de un rascacielos de departamentos residenciales, la Torre Solow, sin protección, sostenidos sobre una plataforma, a 152 metros del suelo. Los dos cayeron. Alcides sobrevivió. Cuando llegaron los bomberos, intentaba sentarse. Tenía fracturadas ambas piernas, el brazo derecho, varias costillas y heridas en el abdomen, la columna y la cabeza. El Centro Médico Weill de la Universidad de Cornell queda a unas cuadras del edificio. Alcides se recupera allí. Ha recibido al menos nueve intervenciones ortopédicas, una operación en el abdomen y otra en la columna. El día de Navidad, apoyado entre una complejidad de máquinas, habló, en inglés, sus primeras palabras después del accidente: "What did I do?"

¿Qué hizo Alcides?

Alcides sobrevivió. Para hacerse una idea: caer desde 152 metros es un accidente que sólo podría ocurrir en las poquísimas ciudades del planeta que tienen edificios de esa altura. (No podría ocurrir, por ejemplo, en Chile donde el edificio más alto --el Boulevard Kennedy del Hotel Marriot-- tiene cuarenta pisos y 145 metros. Alcides cayó, digamos, desde una plataforma situada nueve metros por encima del extremo superior de la Torre Telefónica en Santiago.)

A Alcides le ocurrió caer (creo que ya hay abogados tras los responsables). Lo que él hizo sucedió después. Estaba semiconsciente, sentándose cuando llegó la ambulancia. El equipo médico que lo está tratando está asombrado. Han hecho su mejor trabajo, en un territorio sobre el que carecían de experiencia (caídas desde esa altura). Confían en que podrá volver a caminar y que, en el curso de un año, su recuperación podría estar completa. Han balbuceado, con pudor, la palabra milagro.


Posdata 5:30 pm


¿Por qué con pudor? ¿Por temor a que se opaquen las preguntas? ¿Por temor a que el hecho descanse sin explicación en la sombra de algún credo? ¿Por temor a que se lo use para avalar otra creencia?

No. El problema es simplemente la palabra 'milagro'. Pero esa palabra no es patrimonio de nadie y puede usarla el que quiera. En su origen, milagro era lo que provocaba observar con los ojos demasiado abiertos. Mirar y preguntarse. El caso de Alcides abre un vértigo de preguntas. ¿Qué pensó mientras caía? ¿Cómo es que, físicamente, anatómicamente, sobrevivió? ¿Fue un accidente? ¿Significa algo el que haya despertado con una pregunta?

La excepción de Alcides recuerda la cualidad natural de todo acontecimiento: robusto en su existencia, opaco en su significado (no son palabras mías). Todo el mundo usa los hechos como la prueba para algo. Un hecho, domesticado, ya no es un hecho. Es la evidencia en un argumento, El hecho no es patrón de nada. No le pertenece a nadie. Es singular por naturaleza, resistente a la reducción. Como haber nacido en español, vivir en Linden, aceptar en Manhattan un empleo abusivo, caer desde el piso 47 de un rascacielos y esperar abajo sentado a la ambulancia.

2 comentarios:

piero dijo...

hay cosas que no tiene explicacion por que carecen de logica por que parecen fuera de lo real.. pero la realidad es esa..lo que pasa es que cuesta creerla.. nadie puede predecir la muerte. y me imagino que el pensaba que se iba a morir por que era lo mas logico esa es la idea con la que somos criados pero no creados.. la gravedad hizo lo suyo pero dios tambien.. ahora el esta creando un nuevo mundo en su imaginacion con las leyes de la naturaleza que el descubrio por su experiencia existencial.. tirarse en un paracaidas quizas sea la manera para el de vencer el miedo que quizas se haya fundado en el.. pero hasta eso lo sentiria de otra manera.. desde las palabras que dice hasta las que escucha.. la luz del sol es la misma pero el la sentiria diferente..

PG dijo...

Estimado Piero,
Involucrar a Dios, ¿no es también una forma de reducir el hecho a una explicación religiosa? A mí me parece, más bien, que la historia de Alcides trae a la vista, de un modo dramático, algo básico: que los hechos son, por naturaleza, intensamente complejos. Y que explicarlos por la vía de la simplificación es reducirlos. Lo que intento decir es que, después de todo, asumir esa complejidad en nuestras explicaciones, especialmente ante hechos tan significativos como no morir, como lograr sobrevivir, puede ser enormemente saludable.